En esta era de la globalización, en la que las identidades humanas son cada vez más complejas como resultado de las múltiples interconexiones, las culturas son obviamente cada vez más plurales en su expresión de la identidad. Si bien ninguna cultura ha sido nunca monolítica, hoy lo son aún menos.
Consideradas en este contexto dinámico -que implica, por otra parte, una comprensión diversificada del patrimonio y del museo; además de la variedad semántica y consustancial al concepto de museo-, estas tres nociones (museo, patrimonio e identidad) mantienen entre sí relaciones que inciden en la construcción de las identidades culturales y que, por tanto, merecen atención en este mundo configurado por la globalización que, si no es nuevo, tiene una resonancia particular en sus formas modernas y contemporáneas.
Desde este punto de vista, el museo -antes considerado el templo de las musas en la tradición de la Antigüedad griega- se convirtió en una institución social con la Revolución Francesa, que le dio existencia como lugar donde agrupar objetos en colecciones y juzgarlos dignos de ser guardados y conservados, con todas las implicaciones que este último término tiene para los museos. El objetivo de la conservación de objetos es dar testimonio de la capacidad creativa de las generaciones pasadas y, por consiguiente, de la naturaleza de su cultura en un momento dado. Estos objetos, preservados en su existencia como huellas de una cultura en formación, se consideran entonces bienes de generaciones pasadas que se han transmitido a las generaciones presentes, es decir, bienes patrimoniales, algunos de los cuales son prácticas, conocimientos o rituales, por poner sólo algunos ejemplos. Por consiguiente, el objeto de museo, que es un objeto patrimonial, da testimonio de la existencia de los hombres del pasado y contribuye a la construcción ininterrumpida de la cultura humana.
El objetivo de este número es analizar las diferentes relaciones entre estos tres conceptos, teniendo en cuenta, obviamente, las diferentes épocas y posiciones que es necesario debatir. Por ejemplo, si bien es necesario considerar el patrimonio en su forma institucionalizada, no se tratará de descuidar, o incluso ignorar, el patrimonio de hecho, es decir, el entendido como propiedad de padres o madres, para hacernos eco de la "matrimoine" (Hélène Hertz, en Jacques Hainard et Ali, 2002). Para dar una orientación no exhaustiva, el tema se dividirá en tres partes: Museo y patrimonio; Museo e identidad; Patrimonio e identidad.
Calendario
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10 de marzo 2024: Envío de las propuestas de artículos (resumen de 500 palabras)
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20 de abril 2024: Envío de los textos
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31 de mayo 2024: Envío de los textos finalizados por sus autores.
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15 de junio 2024: Publicación del número temático.
Coordinación del número especial
Roger Somé, Profesor de Antropología en la Universidad de Estrasburgo
Envío de los artículos
Por favor, consulte las instrucciones a los autores antes de someter sus artículos a Roger Somé (some@unistra.fr) y a archipelies@univ-antilles.fr.