El andaluz en la clase de ELE. Propuesta didáctica para su inclusión

Marina Mora Núñez et Diego Jiménez Palmero

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Marina Mora Núñez et Diego Jiménez Palmero, « El andaluz en la clase de ELE. Propuesta didáctica para su inclusión », Archipélies [En ligne], 8 | 2019, mis en ligne le 15 décembre 2019, consulté le 28 mars 2024. URL : https://www.archipelies.org/610

Este artículo pretende profundizar en la importancia del conocimiento durante el proceso de enseñanza-aprendizaje de las variedades lingüísticas en la clase de Español como Lengua Extranjera (ELE) focalizando su atención en el andaluz como ejemplo de una de ellas. Durante mucho tiempo, en las programaciones curriculares no se ha prestado la necesaria atención sobre su inclusión y su tratamiento en la clase de ELE. No obstante, actualmente es una cuestión de notable importancia científica y este artículo busca seguir ese camino alertando sobre la necesidad de mostrar atención a las variedades lingüísticas en la clase de ELE. Para ello, se ofrece un recorrido sobre la literatura escrita en torno al tema para concluir ofreciendo una propuesta didáctica buscando instaurar la inclusión del andaluz en las programaciones curriculares.

This article expects to delve into the significance of the knowledge of the linguistic varieties during the teaching and learning process in the Spanish as a Foreign Language lessons, focusing on the Andalusian variety, by way of example. For a long time, the inclusion of this variety in the curriculum has not been considered. Nevertheless, it is an issue of considerable scientific relevance, so that this article is intended to show the need to accord attention to the different varieties in the classroom. To that end, this article runs through the written bibliography on this topic and, finally, it is offered a didactical proposal that seeks to include the Andalusian variety in the curriculum programmes.

Introducción

La variación lingüística es una característica intrínseca en todas las lenguas del mundo. En nuestro caso, el español es una lengua que posee una gran riqueza en cuanto a variedades lingüísticas siendo una de ellas el andaluz. La inclusión y su tratamiento en una clase de Español como Lengua Extranjera (ELE) ha estado olvidada en las programaciones curriculares durante mucho tiempo. No obstante, actualmente es una cuestión que está adquiriendo un cariz cada vez más relevante con incesantes investigaciones que pretenden fomentar su enseñanza-aprendizaje en clase de ELE (De Cos Ruiz 2006; Nikleva 2011).

El español es una lengua que goza de una gran extensión geográfica, lo que la convierte en una de las lenguas romances más extendidas y también más utilizadas. De hecho, cuenta con más de 500 millones de hablantes repartidos por los cinco continentes según los datos del Instituto Cervantes (2017). Por tanto, es necesario hablar de unidad en la diversidad en el caso de la lengua española (Ros Piqueras 2008).

Como resultado de esta unidad en la diversidad de la lengua española, el mundo hispanohablante posee varias áreas geolectales, como apunta Moreno Fernández (2009), diferenciándose entre la variedad castellana, la variedad andaluza, la variedad canaria, la variedad de México y Centroamérica, la variedad de la región andina, la variedad de la zona austral (Argentina, Uruguay y Paraguay) y la variedad de Chile.

En el caso de nuestra lengua, por razones de prestigio, se identificaba la lengua culta castellana con la norma. Sin embargo, la Asociación de Academias reconoce que actualmente el español cuenta con una norma policéntrica; esto quiere decir que cada país hispanohablante posee un conjunto de normas propias, según Rodríguez Maldonado (2008).

Por consiguiente, es indiscutible que el español se conforma de distintas variedades y que no todos los hispanohablantes se comunican de la misma manera. Estos usos diferentes de la lengua se denominan variedades lingüísticas.

En cuanto a la enseñanza de español, resulta complicado incluir todas las variedades lingüísticas en un programa didáctico. El andaluz es una de las tantas variedades lingüísticas que se pueden tratar en clase pero, tal vez no, de manera exclusiva. Debido a sus características, el andaluz puede servir de base de aprendizaje de algunos rasgos fonéticos y fonológicos que no son exclusivos de esta variedad, sino que comparte con otras variedades.

1. ¿QUÉ ESPAÑOL ENSEÑAR?

Debido a la diversidad y la dimensión de la lengua española, es inevitable que el profesor se plantee algunas cuestiones a la hora de enfrentarse a la enseñanza: ¿qué español enseñar?, ¿qué norma es la más correcta?, ¿qué variedades enseñar?, ¿qué modelo lingüístico seguir? Todas estas preguntas poseen diversas respuestas según diferentes criterios y situaciones a las que se puede enfrentar el docente, tales como el entorno del aprendizaje y el contexto de la enseñanza del español, las necesidades de los alumnos o el origen del profesorado.

Para abordar esta cuestión, debemos acercarnos a la definición de modelo que ofrece Moreno Fernández (2001, 5) en el que se «hace referencia a una representación ejemplar o general de una lengua; se piensa en un modelo idealizado, construido como lengua ejemplar, elaborado a partir del uso o inducido desde él». Además, se pretende que el modelo se desprenda de particularidades diafásicas, diastráticas y diatópicas; a su vez, se persigue la corrección y la neutralidad de la lengua (Andión Herrero 2008a).

En la búsqueda de un modelo para la enseñanza del español, Moreno Fernández (2010, 165-166) hace referencia a dos parámetros indispensables, como son el geográfico y el social que, al combinarlos, presentan tres posibilidades:

  • El modelo castellano: disfruta de un gran prestigio lingüístico y social entre los profesores de español; muchos creen que el castellano representa un modelo centrípeto que está por encima de las disputas y rivalidades que se pueden ocasionar entre los diferentes países hispanohablantes.

  • El modelo más cercano: se centra en la enseñanza de un modelo que coincida con las características del área hispánica más cercana; así, las expectativas e intereses de los alumnos se verán mejor satisfechas. Por ejemplo, un alumno estadounidense deseará aprender el español de México debido a la cercanía entre ambos países. Además, se puede presentar la ventaja de la procedencia del profesor; esto es, el docente puede ser originario de este país cercano y, por tanto, mostrar su propia variedad, lo que otorga al aprendizaje una muestra auténtica. Sin embargo, este modelo no imposibilita al docente a la hora de decidir entre las variantes de uso común o generales frente a las locales o restringidas.

  • El modelo general: se trata de un modelo de español lo más general posible, que se caracteriza por un alto grado de homogeneidad. Se podría equiparar, en parte, a un «español general». Este modelo, a pesar de que se vea beneficiado por la homogeneidad que presenta, posee diversos problemas a la hora de ponerlo en práctica, puesto que el «español general» no se suele utilizar entre los hispanohablantes. Para solventar estas dificultades, se presentan dos soluciones: la creación artificial de un español general o la combinación de modalidades de distinta procedencia de manera conjunta y alterna.

Además de estos modelos prototípicos, otros autores ofrecen diversas posibilidades a la hora de decidir qué norma o variedades se tomarán como modelo de lengua para la enseñanza de español. Andión Herrero (2008a, 20) aboga por la enseñanza de la variedad preferente – definida como «un conjunto de rasgos lingüísticos propios de una comunidad con validez geográfica determinada y que marcan el acento de sus hablantes» – junto con el español estándar; esto es, el docente tiene la labor de elegir qué variedad enseñar a sus alumnos dependiendo del contexto y las necesidades de los mismos.

Igualmente, esta autora también señala que el resto de variedades de la lengua se deberán ncluir en este modelo; estas actuarán como variedades periféricas. Por tanto, Andión Herrero (2007) nos propone el siguiente modelo, resumido en esta fórmula:

Figura 1. Modelo lingüístico del español L2/LE

Figura 1. Modelo lingüístico del español L2/LE

Fuente: Andión Herrero (2007, 3)

Por su parte, Poch Olivé y Harmegnies (2009) defienden que la labor del docente es la de intentar mostrar toda la variedad existente de la lengua, para así ofrecer un panorama amplio de las diversas posibilidades que esta presenta. Sin embargo, sostienen que el profesor de español como lengua extranjera debe conocer los rasgos normativos de la lengua y los rasgos propios de la variedad, con el fin de señalar a los alumnos las diferencias entre ambas.

Es imprescindible mencionar, además, que existe un acuerdo general entre los docentes en considerar que el aprendizaje del alumno debe comenzar por el español estándar (Grande Alija 2001) también llamado general como especifica la Fundación del español urgente (Fundéu 2010). De todos modos, no se trata solo de centrarse en la enseñanza de esta variedad, sino que defienden que esta debe convertirse en la base que les permitirá alcanzar todas las normas del español, puesto que este abarca los rasgos comunes (Andión Herrero 2008b).

En resumen, la elección del modelo lingüístico es para el docente una importante labor, pues debe tener en cuenta las necesidades específicas de los alumnos y el contexto de aprendizaje en el que se desarrolla la enseñanza del español. Como afirma Andión Herrero (2007 12), «el modelo lingüístico que se ofrezca al aprendiz de EL2/ELE debe sintetizar, representar y, a la vez, hacer un muestreo de la diversidad de la lengua, sin dejar de señalar un referente claro y rentable».

2. La enseñanza de las variedades lingüísticas en clase de ele

De manera general, los hispanohablantes nos podemos comunicar entre nosotros a través de nuestra lengua, aunque, en ocasiones, se pueden percibir algunas diferencias en la pronunciación y en el léxico utilizado por los hablantes procedentes de otras zonas geográficas. Por este motivo, el profesor debe plantearse la cuestión de cómo tratar las variedades lingüísticas del español en su enseñanza, puesto que para un aprendiz de nuestra lengua es indispensable reconocer las distintas variedades. Es conveniente que el discente entre en contacto, reconozca y aprenda las distintas variedades de la lengua española, para así «comunicarse de manera eficaz en contextos socialmente significantes» (García Platero 2000, 310).

Como se puede observar, la inclusión de las variedades lingüísticas del español en la enseñanza es una cuestión sustancial. Sin embargo, aparecen algunas dificultades a la hora de llevarlas al aprendizaje, como recoge Ros Piqueras (2008, 53). Estas son:

  • La formación del profesorado y sus carencias.

  • Los materiales y obras de consulta que pueden proporcionarnos orientaciones claras al respecto.

  • Las actitudes y creencias de profesores y estudiantes de español como lengua extranjera.

  • La elección de un modelo lingüístico para la clase de ELE.

  • Las consideraciones en torno a la inclusión de las variedades.

Para empezar, es necesario hacer alusión a algunos documentos orientativos de los que disponen los profesores de español como lengua extranjera. Por un lado, el Marco Común Europeo de Referencia (MCER) para las lenguas publicado por el Consejo de Europa (2002) ha sido redactado para la enseñanza de lenguas en el contexto europeo y considera que el conocimiento sociocultural debe formar parte de las competencias que deben adquirir los alumnos, esto es, «aquellos valores, creencias y actitudes relativos a aspectos socioculturales» (Andión Herrero 2008b, 11). En el caso de la lengua española, estos aspectos toman mayor dimensión si los extendemos a las demás zonas hispanohablantes.

Por otro lado, el nuevo Plan Curricular del Instituto Cervantes (2006) sigue las indicaciones del MCER haciendo énfasis en la complejidad y la extensión del español y su cultura. Además, recomiendan que el docente presente muestras reales de las diferentes variedades del español para así acercar al estudiante a la realidad de la lengua, siempre que se trate de una proporción adecuada.

Moreno Fernández (2010, 161-163) reflexiona sobre el lugar que deben ocupar las variedades de la lengua española en la enseñanza, dentro de los planes curriculares, describiendo una serie de pautas:

  • Decidir qué muestras de la lengua se van a presentar a los aprendices y qué información se debe ofrecer sobre las variedades de la lengua española.

  • Seleccionar los materiales de enseñanza adecuados, ya que deben servir como muestras vivas de una variedad específica.

  • Reflexionar sobre qué variedades deben considerarse variedades dialectales o geolectales y si se pueden aplicar a la enseñanza, puesto que cualquier variedad que se desee enseñar debe pertenecer a una de las normas cultas de las áreas hispánicas.

  • Apoyarse en inventarios de contenidos, ordenados por niveles y, además, aclarar los rasgos que son compartidos con las demás normas hispánicas.

Por tanto, este autor no ofrece una solución específica, sino que cede la responsabilidad a los profesores para decidir cómo enseñar estas variedades y no solo traslada esta labor a los docentes, sino también a los responsables académicos y a los organizadores de programas de enseñanza de lenguas (Moreno Fernández 2010, 129).

Por su parte, Flórez Márquez (2000) defiende una metodología basada en un enfoque comunicativo; en concreto, sostiene que el método natural propuesto por Krashen y Terrel (1983), es el más apropiado para la enseñanza de las variedades. Por otra parte, para que el alumno sea competente en las demás variedades de la lengua, es necesario proporcionarle la oportunidad de adquirirlas y aprenderlas a través de actividades donde estas aparezcan en contextos reales.

Por tanto, la enseñanza de las variedades lingüísticas en el aula tiene una gran importancia. En este sentido, la labor del docente es vital para integrar estas variedades en el aula, puesto que, como afirma Moreno Fernández (2010, 47), «la fuerza y el peso de la diversidad dialectal dentro del mundo hispánico es tal, que los profesores no pueden ignorarla en su trabajo cotidiano».

2.1. El caso del andaluz

La variedad andaluza posee una gran superficie geográfica que se extiende desde el Mediterráneo oriental hasta la frontera con Portugal. La región andaluza es la más extensa y habitada de España. Debido al enclave de esta comunidad, se han efectuado diversos asentamientos de pueblos de diferente raza, lengua y cultura a lo largo de la historia (Jiménez Fernández 1999).

A causa de esta diversidad, se han producido numerosas opiniones entre los dialectólogos sobre el estatus que se debe otorgar a esta amalgama de rasgos lingüísticos. Se considera el andaluz como dialecto pero la mayoría de los estudiosos de esta variedad prefieren emplear el concepto de hablas o modalidad lingüística; de esta manera, se definen las hablas andaluzas como «un conjunto de rasgos, básicamente de pronunciación, de repartición geográfica y socioculturalmente desigual, y entrecruzados unos con otros» (Narbona Jiménez, Cano Aguilar y Morillo Velarde-Pérez 2011, 19).

Habría que mencionar también que las hablas andaluzas constituyen una variedad hablada del español, por lo que sus rasgos característicos se centran en la pronunciación y no existen diferencias en la escritura.

En cuanto a los rasgos fonético-fonológicos, la mayor parte no son exclusivos del andaluz, sino que se utilizan también en otras variedades del español. Asimismo, es fundamental destacar que estas peculiaridades no son compartidas por todos los andaluces. Lo más común es realizar una división lingüística de Andalucía, según las particularidades compartidas de cada zona: la occidental (Huelva, Sevilla y Cádiz) y la oriental (Jaén, Granada y Almería). Las provincias de Córdoba y Málaga, al encontrarse en un enclave fronterizo, se inclinan de un lado o de otro (Moreno Fernández 2009). Sin embargo, esta variedad no es uniforme territorialmente dentro de cada zona lingüística. Como afirma Narbona (2013, 26), «el español hablado en Andalucía presenta una distribución muy irregular, donde existen isoglosas que señalan límites nítidos junto a zonas donde se ha producido intersección entre isoglosas». Por tanto, hay fenómenos de las hablas andaluzas que se dispersan por un espacio que no coincide con la división lingüística de las dos Andalucías.

De igual manera, la desigualdad de las peculiaridades de las hablas andaluzas, en cuanto a los rasgos lingüísticos, también se produce diastráticamente; esto quiere decir que la pronunciación de ciertos sonidos del español no se realiza de la misma forma en todos los estratos sociolingüísticos, debido a causas económicas, culturales o de origen del hablante (Mondéjar 2007).

La inclusión de la variedad andaluza en una clase de ELE es una cuestión importante ya que, según Jiménez Fernández (1999, 15), se trata de «una de las variedades lingüísticas que ha arraigado con mayor fuerza dentro de ese suprasistema común que hablamos millones de individuos y que denominamos español». Asimismo, el andaluz comparte muchos rasgos característicos, como el seseo y el yeísmo, con otras variedades del español (entre ellas el español canario y el español de América); gracias a este hecho, el alumno de ELE podrá tener acceso a estas modalidades de la lengua española a través del aprendizaje del andaluz.

Se parte de la consideración de que la enseñanza de los aspectos fonéticos de las hablas andaluzas es un asunto bastante conveniente para los alumnos de ELE, sobre todo si se encuentran en un entorno de aprendizaje dentro de la comunidad autónoma andaluza. En su artículo, Mejías Borrero (2009, 663) aporta algunas consideraciones y conclusiones de los profesores sobre esta cuestión:

  • El objetivo se centra en la mejora de la comprensión auditiva del alumno para que adquiera la capacidad de discriminación auditiva.

  • El propósito de la enseñanza del andaluz no está dirigido a que los alumnos hablen como los andaluces.

  • La intención de los docentes a la hora de mostrar los fenómenos de la variedad andaluza se basa en fomentar la reflexión explícita sobre la lengua que están aprendiendo y sobre su propio sistema de sonidos.

En el mismo artículo, Mejías Borrero (2009, 666) nos muestra una serie de conclusiones que ha obtenido tras largos años de enseñanza de la variedad andaluza, las cuales tienen el objetivo de abrir el campo de recursos de los que posee el docente de español. Estas reflexiones se basan en la experiencia y las sensaciones de los alumnos al haber aprendido las peculiaridades de la fonética andaluza en Andalucía:

  • Valoración positiva del aprendizaje de los rasgos fonéticos del andaluz ya que les ayuda a entender mejor la lengua hablada.

  • Interés por estos aspectos fonéticos debido a que lo escuchan diariamente.

  • Reflexión sobre los sonidos de la lengua y las similitudes y diferencias entre los sistemas de sonidos (lengua origen y lengua meta).

  • Acceso a otras variedades del español que comparten rasgos con la variedad andaluza, como el español puertorriqueño, cubano, argentino, etc.

Por tanto, proponemos una unidad didáctica para que pueda ser utilizada por aquellos docentes que consideren que este tema es necesario dentro de sus programaciones en la clase de ELE por diferentes motivos. Se ha diseñado destinada para un nivel C1 pero se recomienda que sea modificada y adaptada según las necesidades de los estudiantes.

3. Propuesta didáctica

Los bloques que componen la unidad son los siguientes: identificación de los conocimientos previos de los alumnos, aproximación a los rasgos esenciales del andaluz, reconocimiento de estos rasgos a través de materiales audiovisuales y escritos, reconocimiento de la imagen del andaluz a través de la pronunciación y acercamiento a la cultura andaluza. Cabe mencionar que no se ha utilizado el alfabeto fonológico y fonético para la propuesta didáctica ya que se pretende que sea un artículo divulgativo al alcance de cualquier persona interesada en el tema y no exclusivo para profesionales especializados en filología:

Identificación de los conocimientos previos: ¿ANDALUZ O ANDALÚ?

Actividad adaptada del artículo de Mendoza Puertas (2010, 6) con la ampliación de la parte de comparación con el español hablado en Castilla.

  • Objetivos: identificar y activar los conocimientos y las ideas previas de los alumnos para así acercarnos a los prejuicios y puntos de vista que poseen acerca del español hablado en Andalucía y su comparación con el hablado en Castilla. A partir de esta pequeña exposición, se fomentará el debate sobre el andaluz.

  • Destreza que predomina: producción oral.

  • Desarrollo: en primer lugar, entraremos en contacto con preguntas previas:
    C
    onforme a vuestra experiencia, ¿qué pensáis sobre el español hablado en Andalucía?, ¿qué pensáis sobre el español hablado en Castilla?

Realizaremos en común una lluvia de ideas a partir de los conocimientos de los alumnos. En segundo lugar, haremos un cuestionario sobre el andaluz y el castellano para reflexionar posteriormente sobre los aspectos que más nos interesa conocer. Tras este cuestionario, añadiremos aquellas ideas que no se habían nombrado anteriormente a la lluvia de ideas y, a partir de ellas, pediremos a los alumnos que debatan en parejas, en primer lugar, para luego realizar un debate en común con todos los alumnos de la clase.

  • Material: cuestionario que recoge las siguientes preguntas.

V

F

El andaluz es una lengua.

El castellano es una lengua.

El andaluz es una forma de hablar español.

El castellano es la única forma de hablar español .

Los andaluces hablan peor el español.

Los castellanos hablan mejor el español.

Los andaluces hablan un español incorrecto.

Los castellanos hablan un español correcto.

Los andaluces confunden los sonidos debido a su escasa cultura.

Los castellanos emplean todos los sonidos correctamente.

El andaluz solo se habla en situaciones informales.

El castellano solo se habla en situaciones formales.

Solo hablan andaluz las personas con poca formación académica.

Las personas que hablan castellano son las que tienen formación académica.

En el mundo de la cultura no se habla andaluz.

En el mundo de la cultura se habla castellano.

Existe un andaluz escrito.

El español escrito es el que corresponde al castellano.

En Andalucía es más difícil aprender español.

En Castilla es más fácil aprender español.

Los andaluces hablan más rápido y pronuncian con menos claridad.

Los castellanos hablan a una velocidad adecuada y pronuncian con claridad.

Aproximación a los rasgos esenciales del andaluz hablado: ¡QUE ME VOY DE CAZA!

  • Objetivos: introducir al alumno en la identificación de la variación fonética del andaluz.

  • Destreza que predomina: comprensión oral.

  • Desarrollo: en primer lugar, se mostrará a los alumnos un cuadro resumen de algunos rasgos fonéticos frecuentes del andaluz. Para practicar la identificación de estos fenómenos, se realizará una actividad de pares mínimos aislados y, además, se hará otra actividad en la que los alumnos observarán cómo se produce la pérdida de las distinciones significativas y se les pedirá que pongan en contexto alguna de las palabras de los pares mínimos, mostrando esa pérdida de significado, como aparece en el ejemplo.

  • Material: cuadro resumen de los rasgos fonéticos característicos del andaluz para proyectarlo en la pizarra y fotocopia con la actividad de los pares mínimos.

                               RASGOS FONÉTICOS DEL ANDALUZ HABLADO

Seseo = uso del sonido s donde corresponde al sonido z, c.

Ceceo = uso del sonido z donde corresponde al sonido s.

Grasias → gracias

Coza → cosa

Las consonantes finales suelen desaparecer

Comé → comer

Árbo → árbol.

Se produce la distinción de ll y y en algunas zonas

Pollo vs. Poyo

Se realiza la aspiración de la -s en posición implosiva

Ehtoy → estoy

En algunos grupos consonánticos, al final de sílaba, se produce la reduplicación de consonantes.

Pienna → pierna

Ténnico → técnico

La j y la g se pronuncian de manera más suave, como una aspiración que se representará con una h.

Hamón → jamón

Hitano → gitano

La consonante d se pierde cuando está entre vocales, sobre todo en los participios. También se produce en algunos sustantivos

Comío comido

nada

Enfadao   enfadado

La l al final de sílaba puede confundirse con el sonido r.

Úrtimo → último

Pares mínimos

Señala la palabra que escuchas en los siguientes pares mínimos:

casa / caza

alma / arma

pollo / poyo

caso / cazo

haya / halla

toldo / tordo

vaya / valla

serrar / cerrar

siento / ciento

falsa / farsa

coser / cocer

sueco / zueco

halcón / arcón

seta / zeta

siego / ciego

asia / hacia

Lee el siguiente fragmento y observa los posibles malentendidos que pueden surgir debido a la pronunciación de estos pares mínimos. Intenta con tu compañero plasmar una situación parecida con algunos de los que hemos visto anteriormente.

  • Mamá, mamá, que me voy de caza.

  • Llévate a los perros.

  • No, que me voy pa’ ziempre.

Reconocimiento de los rasgos andaluces a través de canciones: DÉJAME QUE SEA.

  • Objetivos: reconocer los rasgos característicos del andaluz a través de una canción de Manuel Carrasco, procedente del pueblo onubense Isla Cristina. Identificar otros rasgos que aparecen en la canción que también forman parte del andaluz. Reflexionar sobre el andaluz escrito.

  • Destreza que predomina: comprensión oral.

  • Desarrollo: en primer lugar, se reproducirá la canción una vez para que los alumnos tengan un primer contacto. A continuación, se dividirá la clase en pequeños grupos. A cada grupo, se le entregará la letra de la canción recortada por versos y tendrán que recomponerla mientras la escuchan, probablemente dos o tres veces. En segundo lugar, una vez esté la canción completa, se pedirá a los alumnos que identifiquen otros rasgos del andaluz onubense que no se han visto en clase anteriormente. Esta actividad se realizará escuchando la canción y, cuando los alumnos escuchen una característica nueva, deberán levantarse y se parará la canción para confirmar, entre todos, su veracidad. Por último, debatiremos sobre el andaluz escrito con el objetivo de hacer reflexionar a los alumnos y debatir sobre este tema.

  • Material: letra de la canción y audio.

Déjame que sea – Manuel Carrasco

Fuente: Youtube, «Déjame que sea – Manuel Carrasco (Huelva)».
Usuario: caelapiedra. 2008. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=L7_h6GhWj4Q

En la plaza de las monjas, una paloma me ha dicho

que esta noche me esperaba y me has puesto nerviosito.

Porque sé que has descubierto que mis versos van contigo,

gitana, Rocío.

Huelva, descubridora, llena de magia,

cada rincón que tienes sabe a mi casa.

Y remo pa tu barquita, niña déjame que sea,

pa sentir cómo el agüita te mece con la marea.

Ay Huelva déjame… ay déjame que sea…

Pa sentir cómo el agüita te mece con la marea.

Barrios llenitos de arte donde curan tus penitas

al calor de una guitarra, marinera y campesina,

abanico de sorpresas, capitanas tus mujeres,

cada vez que estoy contigo, mi corazón se detiene.

Huelva descubridora, llena de magia,

cada rincón que tienes sabe a mi casa.

Y remo pa tu barquita, niña déjame que sea,

pa sentir cómo el agüita te mece con la marea.

Ay Huelva déjame… ay déjame que sea…

Pa sentir cómo el agüita te mece con la marea.

Ay te mece con la marea… ay que esta noche sea…

Ay que esta noche sea…

Pregunta reflexión: ¿Se podría escribir la canción en andaluz? ¿Qué pensáis?

La imagen del andaluz a través de su pronunciación: NO SEAS BORREGO, ¡HABLA ANDALÚ!

  • Objetivos: reflexionar sobre los prejuicios de la variedad andaluza a partir del análisis de su pronunciación. Debatir sobre la imagen del andaluz en España y, si es el caso, en los países de origen de los alumnos.

  • Destreza que predomina: comprensión oral y producción oral.

  • Desarrollo: en primer lugar, se mostrará una imagen al alumnado para comenzar a hablar sobre los prejuicios y la imagen de la variedad andaluza. Se pedirá a los alumnos que debatan sobre el tema. En segundo lugar, se reproducirán vídeos en el que aparecen hablando personas procedentes de Andalucía tomados del grupo de investigación «El español hablado en Andalucía» de la Universidad de Sevilla. Investigador principal: Rafael Cano. Fuente: Cano, R. «Grupo de investigación: el español hablado en Andalucía», S/F. Disponible en: http://grupo.us.es/ehandalucia/que_es_el_andaluz/videos.html

Para realizar esta actividad, se dividirá la clase en grupos y cada uno de ellos deberá analizar la pronunciación de las personas que aparecen en el vídeo. A partir de este análisis, realizaremos un debate entre todos sobre la imagen del andaluz y se intentará responder a la pregunta ¿por qué existen estos prejuicios sobre la variedad andaluza?

Figura 2. No seas borrego HABLA ANDALÚ

Figura 2. No seas borrego HABLA ANDALÚ

Fuente: Repiso, Fernando. «Estamos destruyendo el habla andaluza y aborregándonos en costumbres». 2013. Disponible en: http://www.cosasdeandalucia.com/web/index.php?option=com_content&view=article&id=3325:estamos-destruyendo-el-habla-andaluza-y-aborregandonos-en-costumbres&catid=16:sede-identidad&Itemid=50

Comparación de los rasgos característicos del habla andaluza y del castellano escrito: SANGRE GORDA.

  • Objetivos: comparar los rasgos de la variedad andaluza en la modalidad escrita con la variedad castellana. Reflexionar sobre las diferencias entre ambas variedades.

  • Destreza que predomina: comprensión escrita y producción oral.

  • Desarrollo: en primer lugar, debatiremos sobre las diferencias entre las hablas andaluzas y la variedad castellana. A continuación, mostraremos un fragmento de la obra andaluza Sangre gorda de los hermanos Álvarez Quintero. Se pedirá a los alumnos que realicen una lectura rápida para comprobar si han entendido la obra. En segundo lugar, los alumnos deberán identificar las diferencias entre la variedad andaluza y la variedad castellana en la modalidad escrita. Por último, debatiremos sobre las diferencias entre ambas.

  • Material: fotocopia del fragmento de la obra de dominio público.

SANTIAGO: ¿Ze pué pazá?

SANTIAGO: ¿Se puede pasar?

CANDELITA: Adelante. (Pausa). ¡Adelante! Pero ¿se ha muerto usté?

CANDELITA: Adelante. (Pausa). ¡Adelante! Pero ¿se ha muerto usted?

SANTIAGO: Me estaba escondiendo... Güenos días. Me estaba escondiendo las correíyas de las botas. Como zé que a usté no le gusta que ze me vean...

SANTIAGO: Me estaba escondiendo… Buenos días. Me estaba escondiendo las correas de las botas. Como sé que a usted no le gusta que se me vean…

CANDELITA: ¿Y no ha tenío usté tiempo en toa la mañana pa esconderse las correíyas?

CANDELITA: ¿Y no ha tenido usted tiempo en toda la mañana para esconderse las correas?

SANTIAGO: Tené tiempo, zí he tenío tiempo; zino que no me he acordao hasta er momento mesmo en que pregunté zi ze podía pazá. ¡Las cozas e la memoria, que vaya usté a entenderla!

SANTIAGO: Tener tiempo, sí he tenido tiempo; sino que no me he acordado hasta el momento mismo en que pregunté si se podía pasar. ¡Las cosas de la memoria, que vaya usted a entenderlas!

CANDELITA: Güeno: siéntese usté, si quiere, que estará usté cansao del ejersisio.

CANDELITA: Bueno: siéntese usted, si quiere, que estará usted cansado del ejercicio.

SANTIAGO: Ahora me zentaré. Antes vi a dejá er zombrero en otra ziya.

SANTIAGO: Ahora me sentaré. Antes voy a dejar el sombrero en otra silla.

CANDELITA: No se mancha: no tenga usté cuidao.

SANTIAGO: Es la costumbre der café.

CANDELITA: No se mancha: no tenga usted cuidado.

SANTIAGO: Es la costumbre del café.

CANDELITA: Ya.

CANDELITA: Ya.

SANTIAGO: ¿Zu papá de usté está güeno?

SANTIAGO: ¿Su papá de usted está bueno?

CANDELITA: Está güeno: grasias.

CANDELITA: Está bueno: gracias.

Conclusión

El presente trabajo sugiere que la variación lingüística es un fenómeno esencial que se debe tener en consideración durante el proceso de aprendizaje y enseñanza de ELE, pero hay que tener en cuenta, además, las necesidades y los objetivos de los alumnos. Por esta razón, el papel del profesor en el tratamiento de estas variedades es de vital importancia.

Como profesores de español, nuestro objetivo es desarrollar en el alumnado las competencias necesarias para que llegue a ser un hablante de español competente; por esta razón, debemos incluir la enseñanza de las variedades diatópicas en la programación de los cursos de ELE debido al peso que poseen en la comunicación. Hay que mencionar, también, que el profesor debe tener en cuenta las necesidades, expectativas y la motivación de los alumnos, además del entorno de aprendizaje.

En definitiva, la inclusión de las variedades lingüísticas en la clase de ELE es todavía una asignatura pendiente aunque ya se empieza a vislumbrar una adecuada concienciación, por lo que los profesores tienen la responsabilidad de incorporarlas al proceso de aprendizaje.

Andión Herrero, María Antonieta, «Las variedades y su complejidad conceptual en el diseño de un modelo lingüístico para el español L2/LE», Estudios de Lingüística (ELUA), nº 21, 2007, pp. 1-13.

Andión Herrero, María Antonieta, «La diversidad lingüística del español: la compleja relación entre estándar, norma y variedad», El valor de la diversidad (meta)lingüística. Actas del VIII Congreso de Lingüística General, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, 2008a, pp. 11-25.

Andión Herrero, María Antonieta, «Modelo, estándar y norma... conceptos imprescindibles en el español L2/LE», Revista Española de Lingüística Aplicada (RESLA) vol. 21, 2008b, pp. 9-26.

Cano, Rafael, «Grupo de investigación: el español hablado en Andalucía», S/F. Disponible en: http://grupo.us.es/ehandalucia/que_es_el_andaluz/videos.html

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Figura 1. Modelo lingüístico del español L2/LE

Figura 1. Modelo lingüístico del español L2/LE

Fuente: Andión Herrero (2007, 3)

Figura 2. No seas borrego HABLA ANDALÚ

Figura 2. No seas borrego HABLA ANDALÚ

Marina Mora Núñez

Universidad de Sevilla, marinamoranuez@gmail.com

Diego Jiménez Palmero

Universidad de Sevilla, djimenez@us.es

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